Cada vez más, internet está desplazando a los tradicionales anuncios de clasificados en los periódicos, los carteles en las fachadas de los edificios o las visitas a las oficinas inmobiliarias. Las facilidades que aporta internet ahorran tiempo y también dinero en llamadas y comisiones, pero ten cuidado, a veces se anuncian, bajo la apariencia de particulares, agencias inmobiliarias.
La red cobra protagonismo como herramienta de compraventa de viviendas, pero antes de nada plantéate las siguientes cuestiones:
- Dónde quieres vivir. Centrarse en una o dos zonas no tiene por qué significar reducir la búsqueda a una calle o una manzana, pero sí se debe delimitar un poco el área que más gusta. Bien por la cercanía al lugar de trabajo, bien por estar situada cerca de colegios, centro de salud o zonas comerciales.
- De qué dinero dispones. Fijar cuánto dinero puedes gastar. Hay que ser realistas y ver de qué presupuesto se dispone para detallar la oferta que puedes plantearte.
- Búsquedas concretas. Se debe dedicar especial atención a las acotaciones que se pueden realizar en los portales inmobiliarios. Además de la zona geográfica, también se puede centrar más la búsqueda según el precio de venta de la vivienda, la superficie total, el número de habitaciones disponibles, si dispone de ascensor o garaje y hasta si se trata de un bajo, un ático o una vivienda unifamiliar.
- Un coste real. ¿Cómo saber si el precio de la vivienda es razonable? El parámetro más fiable que se puede tomar de referencia sigue siendo bastante tradicional: el precio por metro cuadrado de los inmuebles de igual superficie que hay en esa zona. Así se conoce si el precio de las casas seleccionadas están acordes con el valor de mercado. Siempre es recomendable negociar el precio.
- Calcular la hipoteca. Consultar calculadoras de hipotecas o un simulador dentro de la propia ficha de la vivienda, en el que en base a los ingresos se puede conocer también los años a pagar. Se trata de una herramienta muy útil para confirmar que la mensualidad no supere el 40% de los ingresos, como recomiendan la mayoría de los expertos.
- Aprovechar los recursos visuales de la Red. Visitar todos los inmuebles que en un primer momento parecen interesantes como método de búsqueda acaba cansando a cualquiera, tanto a nivel físico como psicológico. Internet ofrece herramientas como vídeos o imágenes de alta calidad con las que se puede hacer una idea bastante aproximada de la realidad.
- Usar las alertas disponibles en los portales inmobiliarios. La mejor forma de estar al tanto de las nuevas ofertas y los inmuebles que han bajado de precio es dándose de alta en el servicio de alertas disponibles en algunos portales. Herramientas que permiten que el potencial comprador conozca a través de su correo electrónico las nuevas incorporaciones que se produzcan en la base de datos de los portales, según las preferencias que haya especificado en sus búsquedas.
- Trabajar con el correo electrónico. Nadie duda de que tanto la telefonía móvil como Internet han facilitado las comunicaciones. El correo electrónico permite solicitar información de una manera sencilla y ágil.
- Utiliza también la información que te ofrece Internet para estar al tanto de las novedades legislativas o a nivel de impuestos, variaciones del euribor, etc.... que puedan afectar al valor del inmueble, gastos de compra, hipotecarios o impuestos que recaigan sobre la vivienda.
Ante todo, tómate un tiempo de reflexión ya que es una importante decisión, incluso pueden variar tus circunstancias durante el proceso de búsqueda, también tienes que tratar de tener visión de futuro, en la medida de tus posibilidades, (si prevés cambiar de trabajo a corto plazo, convivir con alguien, tener hijos que te hagan necesitar de otros servicios cercanos, como escuelas o centros médicos), pueden ser muchas las variables y tienes que sopesar su importancia.
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