En España se cancelan 25.000 hipotecas de media al mes, menos de la
mitad que antes de la crisis. El proceso de cancelación conlleva una
serie de papeleos y gastos que conviene conocer para evitar pagar de
más.
La crisis no solo ha reducido drásticamente la firma de hipotecas (en
mínimos históricos) sino también la cancelación de este tipo de
préstamos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), si
bien en 2007, antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, se llegaban
a cancelar registralmente 60.000 hipotecas sobre viviendas en un mes,
ahora la cifra apenas alcanza las 25.000 de media.
Aunque cada vez son menos, los afortunados que pueden saldar esa
carga financiera (bien porque les ha llegado la última letra o bien
porque han vendido la vivienda) deben seguir una serie de pasos legales y
correr con ciertos gastos para cerrar correctamente la operación. Es
posible evitar costes mayores si en vez de solicitar los servicios de
una gestoría los trámites los hace uno mismo. Sin embargo, hay que tener
en cuenta que así como cada hipoteca es diferente, también lo es el
importe total de cada cancelación.
Con todo, no está de más, dada la polémica generada por la sentencia
que obliga a notarios y registradores a devolver más de 400 millones de
euros cobrados de más a los clientes