La electricidad es un servicio indispensable cuyo precio ha experimentado una subida vertiginosa en los últimos años, hasta posicionar a España como uno de los países con el suministro más caro de Europa.
El nuevo modelo de facturación eléctrica horaria, que empezó a
funcionar el pasado 1 de octubre para los usuarios con tarifa regulada,
ofrece posibilidades de ahorrar si se adapta a ciertos horarios. Sin
embargo, la tarea es complicada: la parte del recibo que más se ha
encarecido no depende del consumo, sino de peajes regulados, y las
grandes empresas, por su parte, han librado una guerra comercial para
atraer el mayor número de clientes al mercado libre.