Enmarcar y colgar cuadros es una habilidad nada desdeñable con la que
renovar las estancias de forma rápida y sin necesidad de grandes
presupuestos. Eso sí, no se trata simplemente de coger el clavo y el
martillo. Exige ciertos trucos a tener en cuenta para lograr resultados
de diez.
El enmarcado
Le proponemos dos opciones que funcionan genial para crear elegantes
composiciones. Pruebe a enmarcar en un mismo estilo (igual tipo de marco
y material) aquellos cuadros que tengan una temática similar. Por
ejemplo, bodegones de flores o fotografías urbanas en blanco y negro.
Otra alternativa es, precisamente, la contraria: marcos de distintos
colores y materiales para aquellas obras que sean de diversos autores y
temáticas.
Fondos o paspartús
Para lograr un efecto polaroid en fotografías de pequeño tamaño,
utilice un fondo estrecho. Para fotos o pinturas de pequeño tamaño con
un especial valor o significado personal, deje un fondo grande de
longitud mayor al largo de lo enmarcado, con paspartú o papeles de
cierta textura. Cuanto más fondo, mejor ya que les dará mucho más
realce. Si son grandes formatos, no harán falta los márgenes.
La colocación
Para un efecto más dinámico, coloque las obras en estanterias o
apoyadas en aparadores sin necesidad de colgarlas. Quedan bien incluso
superpuestas, eso sí, permitiendo el visionado. Otra opción si las obras
responden a una misma temática o serie es ordenarlas. En los pasillos a
lo largo y en las paredes en forma de cuadrado si son cuatro y de
rectángulo si son más. Elija la pared a la que se va la vista para las
obras de mayor valor y significado y deje las demás para trabajos
menores.
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