>> Sencillo. Una de las dudas más frecuentes de los jardineros urbanos es la de saber si las hortalizas aguantarán en una simple maceta y la respuesta es clara: sí, si se eligen las adecuadas.
No hace falta comprar semillas, basta con adquirir plantones en un
vivero, muy baratos y que solo necesitan el transplante. La única
diferencia a la hora de cultivar hortalizas con respecto a los macizos
de flor es la necesidad de agua y nutrientes que habrá que aportar. La
planta no se conformará con florecer, sino que tendrá que hacer el
esfuerzo extra de formar un fruto, lo que requiere más cantidad de agua y
componentes como el fósforo y el potasio, especialmente este último. Un
abono orgánico será la mejor opción.
>> Recipientes. ¿Dónde cultivar hortalizas? Lo mejor es adquirir jardineras grandes, aunque plantas como la lechuga o el tomate no necesitan grandes cantidades de tierra. Para evitar dolores de espalda, conviene situarlas en bancales elevados, lo que también favorecerá que reciban más luz solar.
>> Compost.
Existen contenedores de compostaje urbanos, que consisten en un cubo de
metro y medio de altura, donde pueden ir a parar los restos de hojas y
plantas y desperdicios de la cocina, como pieles de patata, posos de
café… lo importante es que el nivel de calor y humedad sea el adecuado.
>> Aliados.
Los animales pueden ser amigos del jardinero. La lombriz ayudará a
airear las raíces y trasladar el abono orgánico hasta el fondo de la
maceta. Las bacterias transformarán los residuos en el mejor abono e
insectos como pequeños afidios y mariquitas acabarán con el pulgón.
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